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Los Viernes, una fotografía antigua

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Fotografía: Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid




En la fotografía antigua de hoy os mostramos el que fue el cartel anunciador de la Semana Santa para el año 2003, hace justamente diez años. En una fotografía realizada por Chema Concellón, vemos a la imagen de "Nuestra Señora de la Santa Vera Cruz" ante la fachada de la Iglesia Penitencial del mismo nombre.

Realizada por Gregorio Fernández en 1623, junto al resto de figuras del paso de "El Descendimiento", es la imágen titular de la Cofradía decana de Valladolid, la Penitencial de la Santa Vera Cruz. Hasta 1757 formaba parte de dicho paso, hasta que la devoción popular obligó a darla culto por separado y así mismo se convertía en la culminación de la Procesión de Regla que su Cofradía celebraba cada noche de Jueves Santo.

Cuando se reorganizó la Semana Santa de Valladolid, con el Arzobispo Gandásegui, existió cierta preocupación ante la repetición de una escena de la dolorosa al pie de la Cruz, contando con Nuestra Señora de las Angustias. Por eso, se situó a Cristo Crucificado (el "Santo Cristo de la Agonía" de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno) detrás de la Virgen, para escenificar la escena de "María al pie de la Cruz". Posteriormente, se sustituyó por una Cruz desnuda. Al mismo tiempo, se le añadió la "espada del dolor", respondiendo a la profecía del anciano Simeón y al propio modelo de la Virgen de las Angustias, aunque ésta tenía siete espadas.

Todos los añadidos metálicos (incluyendo la corona) fueron suprimidos para el transcurso de las procesiones desde la última restauración de la imagen en 1986.


Mañana de Luz

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El "Santísimo Cristo de la Luz", obra de Gregorio Fernández hacia 1630, en la mañana del Jueves Santo al inicio de su Procesión titular, en la que es portado a hombros por la Hermandad Universitaria del Stmo. Cristo de la Luz.









Autor de la fotografía: Luis C. Rodríguez García

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Atado a una columna

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Imagen de "El Señor Atado a la Columna", realizada por Gregorio Fernández hacia 1619, en la noche del Martes Santo durante la Procesión de la Peregrinación de la Promesa, en la que es acompañada por su Hermandad titular hasta la Iglesia de Ntra. Sra. del Pilar, en el barrio de la Pilarica, para renovar la Promesa de silencio.










Autor de la fotografía: Alejandro Manuel Berdote Paz

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Símbolo eterno

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"La Santa Cruz", obra anónima de finales del siglo XIX, saliendo de la Catedral vallisoletana durante la Procesión de Nuestra Señora de la Amargura del Jueves Santo en la que es portada a hombros por la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar.











Autor de la fotografía: Chema Concellón

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He aquí el Hombre

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Imagen del "Ecce Homo", realizada por Gregorio Fernández hacia 1620, alumbrada por la Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor del Viernes Santo.










 Autor de la fotografía: José Ramón Vaquero

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Iglesia Conventual de Porta - Coeli

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Situado en la calle Teresa Gil se trata de un monumento excepcional, en rigor sede de arte cortesano en razón al mecenazgo que sobre él ejerció don Rodrigo Calderón, Marqués de Siete Iglesias.
El 19 de diciembre de 1601 fundaba doña Mariana de Paz el convento. En esta fecha era viuda de don Juan Bautista Gallo, regidor de la ciudad y depositario general. Recibió el convento el nombre de Nuestra Señora de Porta Coeli. Dona para alojamiento de la localidad unas casas que poseía en la calle de Ollero (hoy Duque de la Victoria), “a las espaldas de las casas principales que vulgarmente llaman de las Aldabas”.

Se acogerían a la orden de San Francisco, y habrían de llevar las madres el hábito y escapulario de azul y blanco, con el escudo de la Concepción. Pero debido a las numerosas deudas que gravitaban sobre ellas, decidió doña Mariana ceder y traspasar la fundación y patronato perpetuo del convento, junto con una huerta adquirida de doña Isabel de Santisteban y los ornamentos y objetos de plata para el culto, según escritura de 6 de octubre de 1606, a favor de Don Rodrigo Calderón, Marqués de Siete Iglesias.

El Papa firmó dos breves en 1608 y 1609 para que se cambiase la regla de San Francisco por la de Santo Domingo. El 2 de noviembre de 1609 se otorgó la nueva escritura de fundación y concesión del patronato, mediante lo cual el nuevo patrono iniciaba su tarea de mecenas, mediante la construcción del edificio.

Una vez ajusticiado D. Rodrigo Calderón, las religiosas de Porta Coeli obtuvieron el cadáver, el cual se encuentra en la clausura del convento. Los restos de su padre, don Francisco Calderón, tambien reposan en el convento. Ambos lucen espléndidas esculturas funerarias.
La escritura de fundación del convento, una vez que don Rodrigo logró que doña Mariana de Paz se lo traspasara, contiene una serie de capítulos, en que con todo rigor se precisan las circunstancias. Como la fecha escritura de definitiva fundación es de 7 de mayo del año 1615, se puede saber cuál era el estado del edificio en tal momento.

El Marqués hace entrega de “las casas e iglesia nueva que para este efecto ha edificado desde sus cimientos… a su propia costa y de todos los retablos de piedra y pinturas que están en la dicha iglesia, y de las tapicerías y ornamentos… que están en la sacristía, candeleros de plata, cristal, bronce y ébano y otros muchos ornamentos y aderezos de altar y coro que hasta ahora su señoría les tiene entregados y de todas las pinturas e imágenes que están por todo el dicho convento, y de las piedras de jaspes y mármoles”. También concedía 3600 ducados de renta perpetua al año.

En la iglesia no podrían hacerse más sepulcros que los de la familia propietaria del patronato; también se preveía hacer cripta para depositar los cadáveres. Diariamente se había de decir misa conventual en sufragio por la familia del señor marqués. Como el palacio de las Aldabas estaba colindante, quedaba dispuesto lo referente a comunicación con la iglesia y monasterio. Así se dispondría una puerta que comunica el palacio y el coro, para que la patrona pudiera entrar libremente en el monasterio. Otra puerta en planta baja serviría para que el patrono y familia entrara en la iglesia a los oficios religiosos, si bien no podían hacerlo durante la noche. También se dispondrían tres tribunas sobre la iglesia, una sobre la capilla mayor, para uso del señor marqués y familia, de tal manera que la iglesia pudiera servir como si fuera “un oratorio particular que tuviera dentro de la misma casa”.

Todas estas condiciones se cumplieron. El marqués amplió la donación de obras de arte, como sabemos por el recibo de entrega, fechado en 3 de mayo de 1616.
El 4 de noviembre de 1614 se formalizó la compra de las casas principales de don Carlos Ladrón de Guevara para proseguir la edificación del monasterio. Naturalmente era difícil en todo el centro de la población edificar todo el vasto conjunto de instalaciones, incluyendo la huerta. Por eso se hizo esta adquisición, por precio de 11.000 ducados.

Tienen que ser las que están en la calle de Teresa Gil con puerta de arco apuntado y escudos de la familia de don Juan de la Cerda, Zúñiga y Gonzáles de Illescas y Reinoso. La decoración de picos o diamantes es lo que daba nombre a la vivienda.



La iglesia es del primer tercio del s.XVII. Proyecto de Diego de Praves o de Fco. de Mora, posee una única nave con bóveda de cañón y crucero con cúpula. Coro alto a los pies en celosía de yesería.

La fachada es de ladrillo prensado, excepto la portada adintelada que es de piedra, con frontón partido y hornacina conteniendo Virgen con Niño. A ambos lados se pueden observar los escudos patronales.

La fachada del convento tiene su entrada a la izquierda de la iglesia y aún conserva las puertas de las casas donadas por la congregación, junto al Palacio del patrono: la Casa de las Aldabas, la cual tenía puertas y balcón directos a la iglesia, que aún se conservan. Una de las casas donadas fue la Casa de los Picos, llamada así por su decoración.

Desde 1986 es sede de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro, fundada en 1960.










Texto: http://vallisoletvm.blogspot.com.es/ y http://www.jcssva.org
Foto 1: http://www.jcssva.org
Foto 2: http://vallisoletvm.blogspot.com.es/

Primera carga

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Momento en el que los cofrades de la Penitencial de Ntra. Señora de las Angustias cargan por primera vez a su imagen titular, antes de salir a la calle en la tarde-noche del Martes Santo para participar en la Procesión del Encuentro.











Autor de la fotografía: Luis Alfonso Urdiales

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Los Viernes, una fotografía antigua

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Fotografía: Archivo Municipal de Valladolid. Década de 1970.



En la fotografía antigua de hoy vemos el paso de "La Oración del Huerto" en su tránsito por la Plaza Mayor vallisoletana durante la Procesión General del Viernes Santo, acompañado por su Cofradía titular, fundada en 1939.


Este paso fue realizado hacia el año 1629 por Andrés Solanes, discípulo de Gregorio Fernández, que completó el cortejo de pasos realizados por su maestro para la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, con los que realizaba su Procesión de Regla la noche del Jueves Santo, contando con la primacía en recorridos y horas en el "procesionar", gracias a su decanato ejercido sobre el resto de las penitenciales.

Después de haber sido atribuido durante muchos años este conjunto a la Escuela Castellana, se documentó su autoría al citado Solanes, maestro que había trabajado para otras Cofradías.

Según la descripción de Antonio Moreno de la Torre en 1675, el paso no estaba únicamente compuesto por el Cristo y el Ángel que podemos contemplar sino que se añadían las tallas de Judas, algunos soldados, además de elementos vegetales e incluso algunos apóstoles. Estos últimos (Judas y un soldado) se encuentran depositados en el Museo Nacional de Escultura e incluso han participado en los últimos años en una interesante reconstrucción procesional del paso.

Las dos tallas que lo componen actualmente se convirtieron en modelo para la realización de otros pasos de la misma iconografía en las procesiones barrocas de la provincia, concretamente en Tordesillas y Nava del Rey.



Olvido...

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Detalle del "Santo Cristo del Olvido", realizado por Pedro de Ávila hacia 1720, durante la Procesión de la Buena Muerte en la noche del Lunes Santo, en la que es portado a hombros por la Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo.











Autor de la fotografía: Jesús A. Rodríguez

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Con nocturnidad y alevosía

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La imagen del "Santísimo Cristo del Consuelo", obra de Gregorio Fernández hacia 1610, en la oscuridad de la noche del Miércoles Santo en Valladolid, durante la Procesión de la Peregrinación del Consuelo en la que es portado a hombros por la Cofradía del Santo Sepulcro y del Stmo. Cristo del Consuelo.











Autor de la fotografía: Marcos V.

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La ciudad a mis pies

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La imagen de "Nuestro Padre Jesús Resucitado", realizada por Ricardo Flecha en 1994, entrando en la Plaza Mayor vallisoletana en la mañana del Domingo de Resurrección para encontrarse con la "Virgen de la Alegría" enfrente de la fachada del Ayuntamiento.










Autor de la fotografía: José Raúl Martín Pérez

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Ante el Arzobispado

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El "Santo Cristo de la Agonía", obra de Juan Antonio de la Peña en 1684, ante la fachada del Arzobispado de Valladolid rezando una de las últimas estaciones del Vía Crucis Procesional de la noche del Miércoles Santo, en la que es acompañado por la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno.










Autora de la fotografía: Reyes Arribas

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Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián

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Se empezó a construir en 1579, siguiendo los planos del jesuita italiano Giuseppe Valeriani, por los arquitectos también jesuitas Juan de Tolosa y Fernández de Bustamante. Las obras finalizaron en el año en 1591.

Desde principios del siglo XVII fue patronato de los Condes de Fuensaldaña y en 1775 pasó a ser de patronazgo Real. Antes de la actual advocación estuvo dedicada a San Antonio de Padua hasta 1609 y después a San Ignacio de Loyola.


La iglesia es desde 1775 sede de la Parroquia de San Miguel y San Julián, resultado de la unión de las dos parroquias: la de San Miguel, cuya sede estaba en la plaza del mismo nombre, y San Julián que estaba en la esquina de las calles Encarnación y San Ignacio.

El edificio construido en ladrillo, tapial y piedra, es atribuido a Juan de Nates. Es de una sola nave rectangular, con amplias capillas laterales entre los contrafuertes cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos, y tiene planta de cruz latina.

La fachada es del diseño habitual de las iglesias jesuitas, consta de dos cuerpos, aletones y frontón, con puerta adintelada coronada con frontón curvo. En ella se encuentran;  el escudo real de Carlos III, el escudo de los Condes de Fuensaldaña, y una hornacina de la antigua iglesia, con una imagen gótica de San Miguel ( finales del sigloXV) y bajo esta el escudo de los Reyes Católicos.

El actual coro alto, al pie de la iglesia, fue construido en 1904. El órgano fue realizado por la Casa Quintín Rufiner de Valladolid en 1919, y el mueble con los tubos y la maquinaria es del siglo XVIII. El conjunto se completa con dos grandes salas cuadradas a ambos lados de la cabecera: el relicario y el antepresbiterio, y detrás de la cabecera: la sacristía y la antesacristía.




En el interior encontramos grandes obras de arte:

El retablo mayor: de finales del siglo XVI, presenta banco, dos cuerpos y ático, con cinco calles separadas por columnas jónicas en el primer cuerpo y corintias en el segundo. Destacan en el retablo las esculturas de San Miguel, San Gabriel y San Rafael, que junto a las de San Pedro, San Pablo, Felipe y Santiago fueron realizadas hacia 1606 por Gregorio Fernández para el retablo de la primitiva  iglesia de San Miguel.


Los retablos laterales: de estilo barroco, fueron ensamblados en 1613 por Cristóbal, Francisco y Juan Velázquez. y contienen también obras de Gregorio Fernández.

El enterramiento de los Condes de Fuensaldaña: en un nicho obra de Francisco de Praves (1611), con las esculturas en alabastro de los Condes arrodillados, obra de Gregorio Fernández (1620). En los cruceros: hay varios lienzos de los siglos XVII y XVIII, y dos retablos de estilo rococó.

En las seis capillas: encontramos pinturas al fresco con motivos decorativos y retablos de gran interés.
En una de ellas se encuentra el retablo de la Buena Muerte, de estilo barroco y perteneciente a la escuela granadina, con el grupo central del Calvario que puede ser de Pedro Sierra, una Piedad de 1738 y un Cristo Yacente de Gregorio Fernández.

La capilla de enfrente contiene un retablo realizado hacia 1660. En el primer cuerpo se halla una imagen de la Magdalena penitente realizada en 1664 y atribuida a Pedro de Mena.

En las otras cuatro capillas encontramos dos retablos de estilo rococó del siglo XVIII y dos retablos barrocos del mismo siglo.


En la sacristía: de grandes dimensiones, encontramos: un retablo pintado, lienzos de los siglos XVII y XVIII, algunos obra de Diego Valentín Díaz y de Felipe Gil de Mena, y una gran cajonería del siglo XVII.

El relicario: al que se accede desde la sacristía, es una sala cuadrada con las paredes cubiertas de bustos de santos y de reliquias dentro de urnas. Tiene un retablo de mediados del siglo XVII, en cuyo ático se encuentra una imagen del siglo XV de la Virgen realizada en  alabastro.


Es sede de la Cofradía de El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte, fundada en 1939.













Texto: http//valladolidweb.es
Fotos: Mauro urdiales

De políticos, banqueros y sayones

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El paso de "La Elevación de la Cruz", obra de Francisco del Rincón en 1604, haciendo su entrada en la Plaza Mayor vallisoletana durante la Procesión General del Viernes Santo, en la que es alumbrado por la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores.











Autor de la fotografía: Chema Concellón

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Los Viernes, una fotografía antigua

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Fotografía realizada por Fernando Rodríguez. Año 1983.



En la fotografía antigua de hoy vemos al "Santo Cristo del Olvido", que realizara Pedro de Ávila hacia 1720 y que se conserva en la Iglesia de San Felipe Neri, ante la Iglesia Parroquial de Santa María de la Antigua en la noche del Lunes Santo cuando transcurre la Procesión de la Buena Muerte


Por aquel entonces, la imagen salía en Procesión en una carroza sobre ruedas, hasta que en el año 1996 se comenzó a llevarla sobre unas andas a hombros por los cofrades de la Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo.

Está Procesión se caracteriza por el silencio de la misma que solo se rompe con el sonido de los tambores y cornetas de las bandas presentes, también por la cantidad de gente que se agolpa en las dos paradas importantes que está procesión tiene en su recorrido; una en la Basílica Nacional de la Gran Promesa, dónde se realiza el rezo de una estación , y otra en el Real Colegio de San Albano (los ingleses), donde se rinde homenaje a la Virgen Vulnerata.



En el dintel

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El "Santísimo Cristo de las Cinco Llagas" haciendo su entrada en la Iglesia Conventual de San Quirce y Santa Julita, a hombros de los cofrades de la Sagrada Pasión de Cristo, al finalizar la Procesión del Ejercicio Público de las Cinco Llagas en la noche del Sábado de Pasión.











Autor de la fotografía: Eduardo Vaquero

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^^T^^

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El "Santo Cristo de los Trabajos", obra de Gregorio Fernández hacia 1610, llegando a la Iglesia de Santiago a hombros de los cofrades de las Siete Palabras durante su Traslado en la noche del Domingo de Ramos.










Autor de la fotografía: Luis Alfonso Urdiales

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Hacia San Lorenzo

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Imagen del "Cristo Yacente", obra del Taller de Gregorio Fernández entre 1631 y 1636, en la noche del Viernes de Dolores o de la Quinta semana de Cuaresma en la que va portado a hombros hasta la Iglesia de San Lorenzo a hombros de los cofrades del Santo Entierro para celebrar un Vía Crucis en su interior.











Autor de la fotografía: Luis Barredo


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Iglesia Penitencial de Jesús

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La iglesia dedicada canónicamente a Nuestro Padre Jesús Nazareno está situada en la calle de Jesús, junto a la Plaza Mayor. En ella tienen lugar todos los actos y cultos que celebra ésta cofradía.

Con forma de cruz latina, consta de una sola nave rematado el crucero en una cúpula sobre pechinas. La fachada es de ladrillo prensa, el mismo utilizado en la construcción del Ayuntamiento. Consta de cuerpo central y dos laterales rematados con sendas espadañas donde se alojan las campanas.

A continuación detallamos brevemente cómo se construyó y cómo ha ido transformándose hasta ser como es a día de hoy.

- Adquisición de los terrenos

La Cofradía se fundó en el año 1596 en el antiguo convento de San Agustín, cuya iglesia es hoy el archivo municipal. En esta sede residió durante los primeros 75 años de su historia, en relaciones por lo general, bastante poco amistosas con los religiosos. Se sabe que era deseo de la Cofradía adquirir terrenos para construirse una iglesia propia, pero la precariedad económica y la dificultad de encontrar unos solares en el centro de la ciudad, hicieron la gestión muy difícil. En el año 1627, Andrés de Cabezón, vecino y regidor de Valladolid, ofreció unos solares que poseía en la zona de la Rinconada junto a otros que tenía la cofradía para que ésta pudiese edificar en ellos su templo, obra a la que ayudaría económicamente a cambio de ser nombrado patrono. Otros personajes más o menos ligados a la hermandad cedieron terrenos colindantes a los de Cabezón. No es, sin embargo, hasta noviembre de 1663, en que se lleva a cabo la limpieza del solar y se levantan algunas tapias previas a la obra. El por entonces alcalde de la cofradía, Francisco Herrero, expuso su deseo de que las obras de la iglesia comenzasen a la mayor brevedad posible, puesto que las otras cuatro penitenciales de la ciudad tenían templo propio donde celebrar sus misas y de donde salían sus procesiones.

- Construcción de la iglesia

No se conoce la fecha exacta del comienzo de las obras, pero sabemos que en septiembre de 1665 se habían hecho gran parte de los cimientos. A partir de este momento, el procedimiento habitual para sufragar los gastos de la construcción de la iglesia fue la de reservar el cargo de alcalde a cambio de un donativo generoso, aunque se conocen también casos en que, siendo nombrado alcalde un hermano, éste rechazaba el puesto, compensando a la cofradía con el correspondiente cargo económico para la realización de las obras. Debido a estas reservas, podemos seguir en cierto modo el transcurrir de las obras, puesto que en los libros de actas se especificaba la cantidad y el fin concreto para el que se aplicaba el donativo. En el año 1673 debieron aparecer dificultades económicas, puesto que el cofrade Francisco García ofreció hacer una ermita si se le entregaban 1500 reales, aprovechando la portada y alguno de los muros laterales ya construidos, puesto que entendía que no iba a poder concluirse la obra en su totalidad. Pero el Obispado ordenó que se construyese la iglesia como estaba dispuesto en anteriores cabildos. Esto nos da la idea del deseo que se tenía en el seno de la cofradía de independizarse de los agustinos y de la impaciencia que surgía por la lentitud con que, en algunos periodos de tiempo, se desarrollaban las obras. El 5 de enero de 1675, Vicente de Salcedo dio 700 reales para ayudar a cubrir la iglesia, por tanto suponemos que por esas fechas ya se estaban comenzando las obras en la cubierta del templo. El 3 de abril de 1676, Viernes Santo, salió la procesión de la cofradía desde el convento de San Agustín y regresó a la iglesia de Jesús Nazareno, quedando en ella todos sus pasos y enseres, siendo alcaldes de la misma Claudio Pita de Andrade Montenegro y Andrés de Medina.

- Reformas posteriores

En noviembre de 1686 la cofradía vuelve a embarcarse en una obra de importante envergadura, ya que encargó al maestro José Gómez la construcción de la sacristía, quien la terminó a finales del año siguiente. El 1 de junio de 1691 se manifestó en un cabildo que las bóvedas corrían riesgo de derrumbe, por lo cual era preciso proseguir la obra y buscar los fondos para ello. Esto nos puede dar la idea de que a pesar de estar inaugurada, aún no había sido terminada por completo. En junio de 1693 se concluyó la primera parte de la obra. El 27 de junio del año siguiente se acordó reanudar las obras hasta su conclusión definitiva, para lo cual habría de trasladarse la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno hasta la iglesia de Santiago, lo que se realizó el 30 de junio de este año 1694, quedando la penitencial de Jesús cerrada al culto. El 23 de noviembre de 1695 se celebró un cabildo para tratar sobre la construcción de la sacristía y casa del capellán, adjudicándole el encargo a Pablo Mínguez. Por tanto, suponemos que la anterior realizada por José Gómez era provisional. Esta nueva sacristía es la que conservamos aún hoy. El 2 de marzo de 1696, Bernardo Jiménez presentó un estudio detallado sobre las obras que aún quedaban por realizarse para la conclusión de la iglesia, que eran “la parte superior y cerramiento, consistente en la cornisa, cañones y bóvedas, además de otras menos importantes, como revoco de fachada y dos nichos o huecos en los muros laterales para colocar las imágenes de la Soledad y del Cristo del Despojo”. En junio del año siguiente la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno vuelve a su iglesia, terminadas ya todas las obras. Avanzado el siglo XVIII se realizó una nueva obra en la iglesia: el camarín. El mismo Bernardo Jiménez había indicado la necesidad de la realización de esta obra, pero fue finalmente Pablo Mínguez el que la llevó a efecto. Sin embargo, la relación entre éste y la cofradía fue poco amistosa, entrando en pleitos por problemas de pagos y de incumplimientos de plazos respectivamente. Así, la cofradía prescindió de los servicios de Mínguez para las mejoras de la obra del camarín y se las encargó al maestro Manuel Marcos. Posteriormente se construyeron dos casas adyacentes a la iglesia; una, en el lado de la epístola, para el capellán, concluida a finales de 1721; la segunda, junto a la sacristía, construida por José Fernández entre 1734 y 1735, y que se componía de una habitación para el sacristán y un entresuelo para la sala de cabildos, pintada por Ignacio de Prado. Así, y con pequeñas obras de retejado, llegamos al año 1800, cuando el incendio del retablo del Cristo del Despojo, situado en el lado de la epístola, obligó a cerrar la iglesia al culto y realizar algunas obras de reparación de los daños causados por el fuego. Las obras comenzaron en junio de dicho año y terminaron en noviembre, abriéndose de nuevo al culto el día 16 del citado mes. Las obras consistieron en la sustitución del retablo incendiado por uno nuevo, blanqueo del crucero y la decoración de las pechinas a cargo del pintor Leonardo Araujo, quién pintó en ellas cuatro ángeles con los atributos de la pasión, pinturas que se conservan intactas hoy en día. En estos años, y a medida que se adentraba el siglo XIX, las cofradías se iban empobreciendo, no pudiendo sufragar más gastos que los imprescindibles para la conservación de sus templos. En estas condiciones, en el año 1858 se decide entarimar el suelo de la iglesia, gracias a las ayudas económicas de las comisarías pertenecientes a los titulares de la cofradía. Para dicha reforma, la imagen de Jesús Nazareno volvió a trasladarse a la parroquia de Santiago, esta vez junto a la Virgen de la Soledad. En 1876 el arquitecto municipal denuncia el mal estado del cuerpo voladizo de la calle del peso, y el depositario de la cofradía, Gabino Rojo Estalayo manifestó la incapacidad económica de la cofradía para llevar a efecto la reparación, por lo cual el Ayuntamiento traspasó la responsabilidad al párroco de Santiago. Por este motivo, durante los años siguientes, aparece dicho párroco representando a la cofradía en los temas económicos.

- La reforma de 1885

Es en este año cuando la iglesia sufre su más profunda modificación, a consecuencia de las reformas urbanísticas que se produjeron en el entorno de la Plaza Mayor de Valladolid, y que apuntamos brevemente al inicio de este texto. En diciembre de 1880, el arquitecto municipal D. Joaquín Ruiz Sierra presentó un proyecto de reforma de las alineaciones de las calles de Sandoval, Cebadería, Manzana, Jesús y plaza de la Rinconada, y la apertura de una nueva calle que uniese la de Sandoval y la Rinconada, a propósito de la construcción del mercado del Val. Como consecuencia, la iglesia de Jesús se pretendía expropiar en su totalidad, y fue tasada en 108.000 pesetas, apuntándose que estaba al borde del derrumbe. Pero la reforma no se llevó a cabo en su totalidad, ya que fue modificada por el arquitecto municipal D. J. Benedicto, que optó por expropiar una parte de la iglesia y darle un corte para la alineación de la calle de Jesús, con lo que adoptó la forma que tiene en la actualidad. También afectó la reforma a la casa que da a la calle del Peso, y desapareció la del otro lado, llamada del capellán. El 9 de marzo de 1885, el ayuntamiento concedió la licencia al arquitecto Ruiz Sierra para ejecutar las obras en la iglesia, que consistían principalmente en levantar una nueva fachada y añadir un piso de altura a la casa de la calle del Peso. La cofradía recibió como compensación 18.500 pesetas, pero este dinero no bastó para sufragar los gastos de la obra, y la falta de presupuesto tuvo que ser obviada por el arquitecto D. N. Aguilar, quien adelantó los fondos necesarios a cambio de que el sacerdote celebrase cinco misas al mes por su intención.


- Últimas intervenciones

En el año 1955 se reformó la subida al camarín a cargo de Germán Miranda del Hoyo, lo que conllevó una reestructuración casi completa de éste, pasando a accederse por debajo del retablo del altar mayor. Esto supuso la reducción de tamaño del camarín, pasando la parte eliminada a formar parte del edificio colindante. La última intervención fue realizada en el año 2004, y consistió en la reforma completa de la casa de Hermandad, la que se sitúa sobre la sacristía, que también fue restaurada. La obra consistió en la adaptación de la casa, que contiene los despachos y salas de cabildos, a las necesidades actuales, así como la sustitución de estructura en mal estado, escalera, suelos, etc. En la iglesia también se hizo una pequeña intervención en el presbiterio con el fin de cambiar los conductos de calefacción, además de la construcción de un columbario bajo el camarín, justo tras el retablo, para el enterramiento de cofrades y devotos de Jesús Nazareno.












Texto: Alberto Muñoz González. Boletín informativo de la Insigne Cofradía Penitencial de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Año 2008. http://es.wikipedia.org/wiki/Cofradía_Penitencial_de_Nuestro_Padre_Jesús_Nazareno
 

Foto 1: http://es.wikipedia.org/wiki/Cofradía_Penitencial_de_Nuestro_Padre_Jesús_Nazareno 
Foto 2: http://vallisoletvm.blogspot.com.es/

Palidez de noche oscura

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La imagen del "Cristo Yacente", realizada por Gregorio Fernández hacia 1630, durante el acto de oración y reflexión ante la Cruz del Humilladero frente a la fachada de la Iglesia de San Pablo dentro de la Procesión de Cristo al Humilladero en la noche del Jueves Santo y en la que es portada a hombros por la Cofradía de El Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte.












Autor de la fotografía: Chema Concellón

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